martes, 14 de junio de 2011

Primera victoria: el Tribunal Constitucional también se indigna en voz alta.

Los magistrados del Tribunal Constitucional saben que el momento en el que hacen sus declaraciones es tan importante como su contenido. Los magistrados saben medir perfectamente los tiempos de sus declaraciones públicas. Si sabemos que los miden al hacer declaraciones, podemos suponer la diligencia que han debido tener al presentar tres dimisiones en bloque.

Ayer 13 de junio de 2011, tres magistrados del Tribunal Constitucional, entre ellos el vicepresiente del Tribunal, han presentado su renuncia al cargo. El vicepresidente, en su carta de renuncia, les pide al resto de magistrados que recuerden cómo "en numerosas ocasiones me oísteis decir que tenía la sensación de formar parte de un Tribunal secuestrado". Lo que les dijo a sus compañeros con palabras que se las lleva el viento, lo firma ahora por escrito para que la ciudadanía lo sepa. Podría haberse quedado en la intimidad del Tribunal, pero ha querido que salga a la luz. El caso es que esa expresión me suena... No pasemos por alto el guiño: gran parte del movimiento 15M también siente que vive en una Democracia secuestrada, con idéntica expresión.


Su carta sigue con graves acusaciones a los políticos por incumplimiento de los mandatos de la Constitución. Otro magistrado dice que "las cosas salen mejor cuando se cumple la Constitución y salen peor cuando no se cumple". El varapalo a los políticos pasará a los libros de Historia y se estudiará en las facultades de Derecho. Los magistrados del TC también están indignados por la poca altura política. Eso es lo mismo que se está oyendo en las calles desde el 15 de mayo.

Los tres magistrados saben en qué momento están dando un puñetazo encima de la mesa. El vicepresidente planteó su renuncia in voce (sic) en noviembre de 2010. Pero su decisión definitiva ha sido a un mes del inicio de las movilizaciones ciudadanas. Si no hubiéramos salido a la calle no sabemos lo que habría sucedido. Lo que sabemos seguro es lo que ha pasado: El TC ha decidido abroncar a los políticos junto con los ciudadanos. El TC está del lado de los ciudadanos indignados. No es casualidad que los principales periódicos (El Mundo en su portada en papel y El País en su editorial) hablen de un TC indignado. La palabra, más allá de su significado literal, aparece gracias al caldo de cultivo que están generando los ciudadanos críticos que se expresan en voz alta. ¿Estarán los periodistas imaginando fórmulas para esquivar la censura que les imponen los poderes económicos propietarios de los grandes medios de comunicación, igual que lo hacían los genios como Berlanga contra la censura franquista? Está costando muchos palos y ataques desde los círculos de poder económico y político, cuyo objetivo es destruir cualquier atisbo de pensamiento crítico. El 15M debe verse hoy apoyado públicamente por tres miembros del TC. Creo que podemos cantar nuestra primera gran victoria. ¡Sigamos con la lucha!

Como nota adicional, y como ciudadano que ejerce su derecho de libertad de expresión, quisiera solicitar al Tribunal Constitucional que en sus sentencias tenga en especial consideración, sobre todo valorando el momento crítico por el que pasamos, el artículo 128.1 de la Constitución: "Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general". Este artículo también se está, objetivamente, incumpliendo.

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